









Una roca en el jardín
Casa LG, 2022
Una gran pieza, como si se tratara de una roca desprendida de la montaña de Alhaurín de la Torre, ha caído en el jardín de esta urbanización y se ha convertido en casa.
La promenade que conduce desde la entrada de la parcela hasta la vivienda se organiza mediante una escalinata de volúmenes que ascienden hasta el nivel de acceso, acompañada por una rampa que bordea la fachada principal. Todo dialoga con el paisaje de Alhaurín: la materialidad es austera, delicada y sin artificios.
La luz, al igual que los huecos, se adapta al entorno para generar miradas entrañables, como la línea horizontal del ventanal del salón o las ventanas que se abren al porche.
El paisaje se enmarca desde distintos ángulos, jugando con los vacíos interiores de la casa. Todo se articula en pocas estancias, bien ubicadas y sencillas. En la fachada sur, orientada hacia la montaña, las ventanas de gran formato iluminan los espacios intermedios —como la sala de estar en la planta alta, los dormitorios y la escalera— bañándolos de luz natural.